PRÓXIMA INTENDENCIA

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Ushuaia tiene destino, tiene futuro.
Pero sólo si la queremos la podemos sacar del pozo.

Javier Branca

En sucesivas reuniones y a partir de los resultados que viene arrojando la encuesta, advertimos que, aunque primero haya que resolver lo necesario para que Ushuaia sea una ciudad normal, vivible —con calles y veredas transitables, tránsito ordenado, colectivos funcionando, cloacas en todos los barrios y sin animales abandonados o sueltos en la calle—, en la próxima intendencia, además, debemos poner a disposición los 2.500 lotes del Gral. San Martín aún no entregados y con servicios, impulsar la construcción de viviendas, una terminal de ómnibus y la cobertura de internet en toda la ciudad.

Los recursos económicos, Ushuaia los tiene. La comparación con otros municipios lo deja claro: presupuestariamente, desde hace años, la intendencia administra por habitante entre dos y cuatro veces más que municipios como Bariloche, Mar del Plata, Santa Fe, Paraná, Resistencia o Jujuy, entre tantos otros.

El problema no es de falta de recursos, es de gestión, de prioridades, de orden. Ushuaia no es pobre. Tenemos recursos para ser una gran ciudad y vivimos con problemas de barrio roto. Hay que rendir cuentas a la ciudadanía de qué se hace con el dinero público. Si se rinden cuentas permanentemente, se ordena obligatoriamente.

Ushuaia, además, cuenta con ventajas sobre otros municipios: su entorno natural, ser Puerta de Entrada a la Antártida y el sello Fin del Mundo.

Sin embargo, en este escenario global en el que se acentúa la mirada sobre la región, existen algunas amenazas latentes: el gobierno británico busca convertir a Malvinas en puerta de entrada a la Antártida con un megaproyecto portuario. Y el gobierno de Chile, que viene conectando a Puerto Williams por tierra al continente, le está construyendo un puerto multipropósito.

Desde la intendencia no se puede competir con puertos, y menos con una conexión por tierra al continente. Pero eso no nos obliga a meter la cabeza en un pozo. Ushuaia tiene capacidad para levantarse y proyectar futuro.

Lo que falta es decisión y una conducción que asuma el papel que Ushuaia debe tener en el desarrollo antártico. Según informes oficiales, el avance físico de la Base Naval Integrada Ushuaia y del Polo Logístico Antártico es apenas del 9 %, y no se está hablando del papel de Ushuaia al respecto.

Ushuaia puede ser un mero espectador de un desarrollo ajeno, o puede decidir aprovechar y potenciar un mercado que está por nacer, vinculado al aprovisionamiento y los servicios logísticos antárticos. Desde la próxima intendencia debemos acompañar a las PyMEs locales con infraestructura urbana y servicios básicos, y con una política fiscal y de habilitaciones que facilite la provisión de insumos y servicios indirectos —mantenimiento, abastecimiento, soporte técnico—, promueva el desarrollo productivo local y garantice la disponibilidad de tierra y galpones para nuevos polos tecnológicos y científicos.

Tenemos la oportunidad y las condiciones para proyectarnos como una ciudad moderna. Pero para eso debemos ordenar el municipio: ordenarlo para que sea normal, vivible, y proyectarlo para crecer y que las familias nuevamente sientan orgullo por nuestra ciudad.


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